"ART-Metal, Cultura & Lectura"

lunes, 18 de junio de 2018

"Eros"



"Eros"



"Relato"


Esto que siento estará bien?
Es permitido ?
Romperá las reglas?

Oh que rayos pasa, realmente no lo se y no quiero saberlo,
 en esta etapa de mi vida lo único que quiero es amar 
y ser amada y que mejor manera de serlo por mi esposo el amor de mi vida;

pero... y X*?
donde queda?


porque el entró en mi corazón sin permiso
 pero creo quise este ahí.
Mi esposo no se si lo sabe 
o es que juega a no saber nada,
cierta noche en que cenábamos fuera, los tres juntos
mi esposo olvidaba su cartera en el coche,
fue a traerla, y mientras yo fui al baño,
 estaba realmente excitada por estar con X* de solo verlo junto a mi,
tras un momento quise decir a ambos:

"vamos a un lugar más íntimo"

¿Pero mi esposo que diría a esto?



 Tenía unas ganas locas de hacer el amor con ambos, 
el deseo era cada vez es más fuerte,
así que fui al tocador a refrescarme 
no miento estaba mojada de ver a mi esposo tan guapo

y a X* que unos momentos atrás había jugado en mi entrepierna
 bajo la mesa sin que mi esposo lo notara,
era imposible no estar así, así que entre 
al tocador me puse frente al espejo,
lave mis manos, saque un pañuelo,
 lo empape y moje mi cuello.

 Como no había nadie, arregle mi vestido
 toque mis senos y mis pezones
 estaban algo erizados, arregle mi delicado brazzier negro
 que era con encaje y cintas rosas, retoque mi labial
y sentí que alguien entró, vi el reflejo 
y era X* que ponía seguro a la puerta, no quise girar a verlo,
sólo lo vi por el espejo se acercó a mi, puso sus manos al rededor de mi cintura 
y empezó a oler mi cuello, dijo que olía delicioso,



le dije que mi esposo no tardaría y que alguien podía entrar, pero no me hizo caso
 y en vez de quitarse se apego más a mi, con una mano hizo mi cabello 
a un lado y bajo el vestido, de mi hombro tomó mi tirante con su dedo índice 
y lo bajo, mientras en el recorrido iba besando desde mi cuello hasta
 donde llegaba a detenerse mi tirante, su otra mano presurosa acariciaba
 mi parte pélvica por encima de mi vestido,
gemí un poco y eso lo volvía loco, me dio la vuelta con vista a el,
y sentí sus manos bajar el cierre de mi vestido por detrás,
 le dije que se detuviera pues no era el lugar, 
y el con un beso me callo, *al diablo el lugar*, acepte el beso 
y empecé a tocar su miembro sobre su pantalón, 
realmente estaba enorme, bajo mi vestido hasta mi cintura, solo me 
quede con mi brazzier, dijo se me veía hermoso, me sonrrojé
 y me beso el cuello, deslizó su lengua desde mi mentón hasta mis 
senos, los tomó con las manos y los saco de mi brazzier, sin quitármelo 
apretó delicioso mis pezones, duros a su merced, primero 
los beso luego los empezó a lamer uno a uno, y con la punta de su lengua 
delineo mis aureolas, dijo que le gustaba el color chocolate 
de ellas, le incitaba más a no dejar de hacerlo,



mmmmmm era una delicia ver a X* en mis senos,
 quería que no parase, gimió al tomarlo del cabello,
mi arco se marcaba y le entregaba mis senos, más y más para que 
los disfrutase, el los mordía y lamía, ah ah era tan rico, luego se levantó 
y me beso desenfrenadamente, mientras sus manos tomaban mi cadera 
y me levantaba para apoyarme en el lavado, al hacerme sentar me recorrió 
hacia el y abrió mis piernas y sin más se agachó ,
disfruto con su olfato mi prenda, realmente estaba muy mojada,
 mis encajes estaban con hilos blanquecinos de mi humedad, 
beso mi puvis sobre mi prenda y solo jugaba con su lengua ahí, 
decía no la quitaría por que estaba deliciosa y se me veía bien,
 solo la puso de lado y metió sus dedos ayyyyyy ..
los movió delicioso, los saco y me miró y los metió en su boca. 



No pude resistir la delicia de verlo hacer eso,
que me baje del tocador ,
X* se paró en ese momento e inmediatamente me puse de rodillas,
su pantalón estaba abierto así que baje su bóxer
 y escupi su  verga hinchada y solo la devoré, no quería otra cosa más
 que disfrutar ese momento, tenia entre mis manos su deliciosa carne hinchada, 
sus venas latian, su glande rosadito e hinchado, con su lubricación saliendo
 al meterlo en mi boca, al sacarlo se pudo ver ese hilito delicioso, mezcla de mi saliva
 y su lubricación, lo tome, lo frote y lo escupi, mientras mis manos
 lo frotaban mi boca jugaba con sus testículos, estaban colorados por mi labial 
se veían hermosos, el me tomo del brazo y me levanto, me beso delicioso,



 X* tenía mi aroma y yo el suyo y en ese beso ambos aromas se fundieron,
 me dio vuelta y me vi apoyada frente al espejo, tan pronto subió mi vestido 
a mis caderas, me dio una nalgada muy fuerte, vi como se acomodaba para 
entrar en mi, me tomo del pelo, me vio por el espejo y me mando un beso,
 vi la expresión de deseo que puso cuando corrió mi prenda a un lado
 y me hizo suya, Ayyyyy, en segundos tuve toda su carne dentro de mi,
 sus embestidas eran fuertes, ese delicioso chasquido de mi humedad
nos enloquecía más y más, yo gemía no muy fuerte por el lugar
 pero era imposible no hacerlo, 
X* era un animal dentro de mi,
un animal que no podía saciar su hambre de deseo,
 no pude soportarlo más 
y llegó mi orgasmo delicioso, realmente estaba excitada, 
el dijo que ricooooo, 
el chasquido aumento y nos excitó más y más,
X* me embestía más y más fuerte,
dijo que me quería en todas las posiciones, 
le dije entre gemidos que no era el lugar
 y que mi esposo volvería pronto, le pregunté:

¿Que harías si entrara en este momento?.

 X* sonrió y me dijo:

"Eres mía en este momento, si tu esposo entra, que disfrute viéndonos" .

Ayyyyy, eso realmente me excitó, no podía creer lo que dijo,
y tuve otro delicioso orgasmo. X* estaba más excitado,
 paro un poco sus embestidas y me abrazo,
me beso mis hombros, se me acercó y murmuró en mi oído:

"Vamonos de aquí tu y yo".



Lo mire sorprendida por el espejo, X* me miró con amor mientras
 besaba uno de mis hombros, realmente no entendía a que se refería,
le pregunté si quería que nos fuéramos a algún lugar a solas, dijo que no,

- Quiero tenerte sólo para mí -  pronunció.

Quiso fuera sólo suya, me quede
 sorprendida, saco su miembro y se vistíó,
terminé por limpiar mi humedad, 
arregle mi cabello junto a mi labial,
y el muy cariñoso subió detrás mi cierre del vestido,
su mirada no era de deseo, era de amor, quito el seguro de la puerta
y salimos, al volver a mesa estaba ya mi esposo tomando su café, 
no quiso mirarme, pero en el momento que me senté me vio 
con lujuria, seguro había sentido mi aroma, me tomo la mano 
y me dijo muy suave : ....

Te amo ...........




(Anónimo)







"Mi Esposa, Mi Amigo y Yo"


(Relato Erótico)



imaginaba tanto la intimidad de mi mujer ante otro hombre, pero imaginarlo no era lo mismo que llegar a casa y encontrarla cogiendo con alguien quien no fuera yo, su esposo.

Llegué a casa temprano de la hora acostumbrada, entré haciendo un pequeño ruido de puerta normal, y al entrar - oí un gran gemido, me desubicó por completo, (seria lo que mi mente había maquinado), imaginar un momento de ella con otro hombre me volcó en éxtasis.

Me encaminé a la alcoba, antes quité mis zapatos y deje mis maletín en el sillón, subí suave por las gradas, mmm haggg (volví a escuchar ese gran gemido - era vos mi mujer?), al llegar a la habitación me replegué a un costado ya que la puerta estaba entre abierta, ooooh - la escena frente a mis ojos antes me hice a un costado, Dios santo -  Ayyyy  "era mi esposa, mi hembra estaba tumbadita con el rostro reclinado a la sabana, sus manos se resistían por debajo a la almohada, por encima de ella en sus caderas, ambas palmas sujetándola fuertemente de sus caderas.... Alcancé verle el rostro de costado, heee! él !!. - Era "MI Amigo" - la empujaba fuertemente hacia la cabecera con su pelvis, sonaba fuertemente el encuentro piel a piel de él con mi mujer, lo añoraba y me moría de celos a la vez, todo había persistido en mi memoria, pero lo que veía era real, era una prueba a mi voyeurismo, a que tiempo me lo había permitido yo mismo en esa manera, no era fiel ese encuentro con algo que yo mismo había jugado en mi mente, pero que rrrico fue verles juntos, esa visión en cuadro me volvió loco totalmente, mi sangre comenzó a hervir por doquier, le vi tan hermosa su detallada espina dorsal, formaba un arco precioso, verla empinadita sacudió mis entrañas, más al ver a ese hombre detrás suyo al estar embiestiéndola como un animal.

Una y otra vez empujaba fuertemente detrás a esposa su gran falo, totalmente montado, como si de poseer un animal a su hembra se tratase!. Que exquisita visión, mmmmm, comencé levemente a abrir mis bragas y saqué mi piel erguida, dura, hinchada, caliente, buscando penetrar a mi esposa, pero no podía llegar a ellos, era algo que yo mismo había imaginado algún día, y era real, estaban frente a mi, dispuse a masturbarme, escupiendo mi piel más aún,erguida.

Seguí observando a ese hombre con ella, sentí envidia y coraje, celo de mi mismo.

¿Porqué me permitía  a verlo?

Como lo dije, no me importó ya que era algo que deseaba en mi mujer, a ese otro hombre montado en ella!.

No había problema alguno, ya que ambos me daban una posición de 3/4 ...

Diooos, Hace minutos subía por las gradas con la ansiedad de ver a mi mujer y hacerla mía, minutos después me hallaba masturbándome con ellos.

Pero ver a mi esposa como estaba siendo comida por mi amigo, con esa intensidad de una bestia montado en ella, me enaltecía.

Seguí hurgando mi piel con esas venas que buscaban una salida por toda mi sangre que hervía y hervía demasiado.

Era una delicia placentera que solo guardé para mi bajo mi piel que gritaba por correrse.

Ver los dos cuerpos desnudos, sudando, jadeando, él con toda esa gran hinchazón comiéndose a mi mujer sin ningún pudor, hagggg - con esa furia despiadada la hacía gemir, más y más mientras sus manos tomaban a puño cerrado la sabana por ese gran placer producido de ese animal.

Ese va y ven era tan fuerte en su conchita produciendo un chasquido delicioso.

Sus testículos marcaban tras ella unas campanadas, sus manos le arañaban la espalda, de pronto le tomaba el cabello, comenzó a embestirla más fuerte de lo inesperado y su nuca por ese halar de cabello se encorvó hacia él.

Tendió mi esposa un delirante gesto de placer, de dolor tal vez, pero que se reducía tras ella por ese placer inaudito.
Tendí un gran gemido que casi escuchaban, tuve que resistir y callar un poco, estaba completamente mojado, muy caliente de verles, mi voyeurismo no tenía fronteras detrás a ellos en la puerta, en nuestra alcoba, nuestro lugar intimo era invadido por ese hombre.

Seguía embistiéndola como un toro, desquiciado comenzó a morder sus hombros sin dejar de penetrarla hurgó su cuello, la besaba y mordía desesperado, completamente montado fue atrás con un halón de su cabello, encorvando hacia él a mi mujer.

Llevó su mano izquierda a encontrar su clítoris, a comenzar a frotarla mientras le empujaba más sin darle un segundo de respiración, entre jadeos y gemidos la habitación enardecía abruptamente.

La habitación se volvía una bomba de placer, de dolor en su nuca, - comencé a sudar al ver sus palmas del hombre golpear las caderas de mi mujer, penetraba toda su carne en mi mujer una y otra vez, parecía no tener cansancio alguno, de ser esa primera vez que un animal ansía poseer a su gran hembra.

Seguía masturbándome - tan pronto dejó su cabello, mi esposa hundió su rostro en la sabana, 

Volvía a golpearla más y más fuertemente con esa fuerza descomunal entre sus piernas.

Ese gran gemido de mi esposa, por ese animal - me enardeció, se erizó toda mi piel, mis cabellos estaban de punta realmente, mi piel demasiada erguida, tan dura - estaba literalmente mojado por las gotas de semen que escurría mi carne al estarme frotando.

Comenzó a jadear más ese hombre, a gemir más mi mujer, una y otra vez montado iba tras de ella en esa monumental penetración.

Su espina dorsal iba tras suyo, por ese gran placer inaudito, encontrado en mi esposa, con suma elegancia en su gran compás de sus piernas abiertas.

Regresó su arco para llevar sus manos a tomar la fina cintura de mi mujer, se adueñó completamente de ella, por un momento mi locura no tuvo límites, creí ver de momento a ese hombre, montado invadiendo, violando su templo íntimo más sagrado, era mi mujer, y solo yo podía invadir su carnosidad tan íntima, que locura era imaginarlo en mi vouyerismo.

Ese animal no tenía para cuando terminar en nuestro lugar, parecía quería destrozarnos el catre.

Mi visión era imperdonable hacia mi mujer, pero lo había deseado en esa manera.

No me retiraría de ahí hasta no ver vertir toda esa gran leche en las caderas de mi mujer.

Cómo un buen torero dio esa gran estocada a mi hembra, le encorvarse y gritar conjunto a mi mujer en esos grandes gemidos, sudores y descompases extraños, atroces, gemidos exasperantes donde llegaba el momento del gran clímax en ambos, empujó tan fuerte que quiso marcar sus testículos en sus piel, bajo sus piernas, su templo de venus de mi mujer exaltó ese gran mar en rocío, sentí morir al tiempo de ver mi semen derrochado en mis manos, me vaciaba exaustivo, loco, enardecido, lujurioso, los tres derramando nuestros jugos a tiempo en esas llamas de pasión, de locura inestable, de gran lujuria, Dioooos exclamé, salió esa gran carne de mi mujer, herguida como un gran mástil, ese gran falo desplazó ese chorro de leche en sus caderas, su cintura, parte resbalaba entre sus piernas, ver a mi esposa con sus puños apretados, gimiendo, encorvándose, extenuada por todas sus contracciones, fue mi delirio atroz tras esa puerta en nuestra alcoba.

Le vi morder parte de la sábana, su cabello caido, enmarañado por los halones de esa bestia que tenía tras, mi mujer, sus bellas caderas fueron súbditas, se empalmaban ricoooo en esa visión de cuatro en la pelvis de ese animal, super empinadita se acogió a sus piernas, sus manos del hombre batian su propia leche ante su carne que levemente perdía esa gran erección confrontada por esa gran lujuria y pasión.

Batió totalmente ese gran semen encima de ella, sus piernas de ambos temblaban, esos calambres en ambos cuerpos despedían sus últimas contracciones, con ello avisaban su final.

Quise correr de pronto a tomar a mi mujer, hacerla mía sin importar más nada, amarle locamente, quitarle marcas de ese hombre, que sintiera realmente quien la deseaba era su esposo y no ese hombre.

Deseaba entrar a comerla, cogerla y al final amarla - a batirme total dentro y fuera de mi esposa con el semen de ese hombre, con su ricooo rocío de su gran orgasmo de mi mujer.

Realmente me volvi loco, pero no lo intentaría -, lo deseé tanto asi, tomar a mi esposa con otro semen ajeno a mi, a ella, batida por otra lujuria que no fuera mía, -  total es mía mi esposa, podría haberla marcado total mi amigo, más no podía hacerle el amor al final, - solo su hombre, su macho, su animal, con esa fuerza total que solo unas almas locas pueden amarse, asi somos; mi esposa y este animal, que quiso relatarles nuestra experiencia.


Mi nombre?, su nombre?: Los llevamos tatuados en nuestras almas!.

(Anónimo)